dilluns, 24 d’abril del 2017

El Gregori i el Joaquim, a Cubía, 21.



Gregori Plana Panyart (Barcelona, 17/11/1934 – València, 30/01/2010).

Joaquim Plana Pañart  (Barcelona, 18/11/1935 – 14/07/2016).


Eran tiempos difíciles, hasta para llamar a cada persona por su nombre. Ellos tenían diez, y nueve años, respectivamente, cuando empezaron a llamarme Pere. Yo tardé cerca de un año en llamarles Gregori y Joaquim. Les seguiré llamando como aparecieron en mi vida, y cada cual podrá nombrarles como les conociera.

Nuestra espeleología no empezó en el siglo XIX, como dicen. En realidad la espeleología empieza, cuando cada uno descubre el mundo, su mundo propio; no basta con que otros se lo cuenten. Uno necesita experimentar por vez primera su presencia directa en un espacio grandioso, húmedo e impresionantemente silencioso, para saber que aquello existe. Luego, la espeleología se mantiene viva mientras en la persona hay capacidad para asombrarse de cada uno de los detalles que va ofreciéndonos la naturaleza.

Y finalmente se extingue, casi siempre con brusquedad y fuera de la edad lógica, cuando uno se casa. Por la vida se pierde la vida. (Ya lo dije en 2001, perdonad).